ME CASO VESTIDA DE… ¡ZARA!
Una de las razones por las que me decidí a meterme más a fondo en el mundo de las bodas tras varios años dedicándome profesionalmente al mundo de los eventos, fue el reto de hacer las cosas diferentes. Encontrar el estilo de cada pareja y ayudarles a organizar una boda a su medida.
El mundo ha cambiado, y sigue cambiando a velocidad vertiginosa, tanto que nosotros dentro de esta vorágine de cambios ni siquiera somos conscientes de ello, pero la verdad es que las parejas son diferentes, los ritmos de vida son diferentes, y las bodas, son diferentes.
Después de que muchas bodas se hayan tenido que aplazar, ha llegado el momento de volver a pensar en boda, y de ahora más que nunca readaptarlas a las necesidades particulares de cada una.
Cómo todo, el mundo nupcial tamién cambia, y cada vez son más los que quieren algo diferente ante la tradicional boda clásica con un vestido de princesa, 200 invitados y con un gran banquete nupcial en un comedor Rococó. Algunas novias quieren casarse con pantalones, prefieren un cóctel a un banquete, y su mayor inversión es para el viaje de luna de miel. Ahora también se apuesta por una boda íntima y original.
Terminó la época en la que el dicho “las bodas no son para mi” significaba renunciar a la boda que realmente quieres.
Conversaciones con amigas, compañeras de trabajo y mujeres de mi entorno en general me hicieron darme cuenta de ello y en las primeras clases del curso fui realmente consciente de lo importante que es entender y captar el estilo propio de cada pareja. Saber verlo, extraerlo y hacerlo real el día de su boda. ¿Quién marca la reglas? ¿Quién dice lo que sí y lo que no puedes hacer el día de tu boda? ¿Quién dice que no puedes vestirte el día de tu boda de Zara? ¿Quién dice que tienes que celebrar tu boda en una finca? ¿Por qué no alquilar un maravilloso air b&b urbano y organizar allí una fiesta íntima para celebrarlo?
Reenamorar a esa mujeres que han dejado de la lado el mundo es de las bodas, pensar diferente, buscar la magia en lo simple quizás o en lo realmente escandalosos, por qué no, es lo que animó a dar el paso y hoy, cuando casi hemos terminado el curso estoy tan convencida de ello que me dispongo a preparar mi trabajo precisamente centrándome en esa idea.
Quizás, la lección principal que me llevo es que la labor de una wedding planner, más allá de lo evidente, es ayudar a los novios a encontrar lo que realmente es para ellos y hacer del día de su boda un momento único.
Alicia Palomeque alumna del curso Wedding Planner.
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